En tres años, Héctor, Emilia y Pablo darán sombra, flores y cobijo; colibríes, caciques mexicanos, chipes, pericos y aves migratorias se posarán en sus ramas y posiblemente establecerán sus nidos. Ellos son parte de los árboles que se utilizan en el programa de reforestación de flora silvestre de uno de los más grandes desarrollos inmobiliarios de Mazatlán.
En ese espacio se cuenta con una reserva natural de cuatro hectáreas ubicadas en la parte más alta del predio, un programa de trasplante de árboles nativos que son distribuidos en las áreas verdes del lugar y un programa piloto de educación ambiental.
La zona norte de la ciudad es escenario de un intenso desarrollo inmobiliario que cada día ocupa más extensiones de tierra, ante el inevitable crecimiento urbano. En este contexto, la empresa decidió ampliar su porcentaje de áreas verdes para conservar la mayor cantidad posible de la vegetación original, que sirve de refugio y alimento a una gran cantidad de aves y reptiles propios de la selva baja caducifolia.
¿En dónde?
El desarrollo se llama Cielo Parque Residencial, en donde este jueves y viernes se recibió a los estudiantes del Instituto Anglo Moderno, a quienes Alwin van der Heiden, biólogo y reconocido fotógrafo de naturaleza, impartió una plática sobre la riqueza biológica de la zona y la importancia de conservarla.
“Debemos de cuidarla porque de ella dependen muchas especies de fauna y nosotros también”, señaló.
El biólogo y fotografo de naturaleza, Alwin van der Heiden, habló sobre la riqueza biológica de la zona norte de Mazatlán con estudiantes del Instituto Anglo Moderno.
-¿Cuántos kilómetros por hora vuelan las mariposas?, ¿cómo es el halcón peregrino? , ¿cómo se llama ese animal?, ¿es verdad que se van a extinguir?, preguntaron curiosos e interesados los niños y niñas.
Luego llegó la hora de sembrar amapas, orquídeas, primaveras y olivos negros. En cada uno de ellos se colgó una placa con su nombre y así permanecerá hasta que alcancen mayor altura, florezcan, den frutos y semillas.
Se plantaron 200 ejemplares, pero la meta es llegar a las tres mil, informó Rocío Rodríguez Castillejos, responsable de mercadotecnia y coordinadora del programa.
La reforestación con flora nativa dentro del complejo continuará porque forma parte del diseño y concepto del proyecto, comentó.
Las áreas ajardinadas combinan plantas de ornato con la flora silvestre propia de la región.
No falta quien se sorprenda cuando se entera de que en una de las zonas de mayor crecimiento residencial y turístico de Mazatlán se levanta un complejo habitacional que dispone de su propia reserva natural con enfoque de conservación, comentaron trabajadores del lugar.
Justo desde ahí se observa la línea azul del mar.
Muy cerca se encuentra el estero del Yugo, la Escopama y la Reserva de Paco´s, los pocos lugares verdes que han logrado sobrevivir a las losas de concreto de este sector. Esa es una de las razones por las que en Cielo Parque Residencial tomaron la decisión de mantener intacto parte de su terreno.
Si la flora silvestre no se extingue, las aves migratorias que vienen desde el Norte de América encontrarán todavía un espacio en donde descansar. Ahí estarán Héctor, Emilia, Pablo, los huanacaxtles, los ébanos y otras especies que se conservan en la reserva para ellas.
Fuente: Son Playas.